Omar, el calamar

04 de enero de 2018. Estandarte.com

El título y el subtítulo riman como los versos pareados en los que está escrito Omar, el calamar, un libro de Ana Mombiedro y Eduardo Coello, editado por Turpin. No está solo: comparte colección con Anacleta, la mofeta y Rodrigo, el cocodrilo. Suena básico –es posible–, pero como todo lo básico que funciona, esconde un proyecto complejo.

Ana Mombiedro es arquitecta y se interesa por las relaciones entre esta disciplina y la neurociencia: está convencida de que el espacio es capaz de influir sobre el comportamiento humano. Su enfoque es abierto y multidisciplinar, lo que le ha llevado a tender puentes hacia el mundo de la educación, la cultura visual, las manualidades… En este sentido, Ana Mombiedro desarrolla diversos proyectos bajo el sello mon-architect y esta serie de cuentos es uno de ellos. Está basada en los principios neurocientíficos del aprendizaje multisensorial que dice que cuantos más sentidos utilicemos durante la práctica de una actividad, mayor será el impacto de esta en nuestro cerebro. Pues bien, la historia de Omar, el calamar y sus dificultades con los números pone en marcha la comprensión lectora, la escritura, el dibujo, la pronunciación y la memoria, la representación (es fácilmente adaptable al formato de mini-teatro), el trabajo en equipo y la imaginación.

Sus 42 páginas están impresas con mucho mimo sobre papel offset de 100 gramos. Las cubiertas son de cartoncillo gris de 350 gramos para dar rigidez  y va encuadernado con grapa. Es decir, tiene pinta de cuaderno (o al revés) y entra en casa trasgrediendo la norma “habitual” de no pintar en los libros, porque en estos libros no solo se puede pintar, sino que están hechos para ello. Se pueden colorear con lápices, ceras, rotuladores…  El cuento invita a ello, a que se complete rellenando o uniendo los trazos o se enriquezca pegando o añadiendo otros materiales como recortes, telas...

Además, tiene bastantes páginas de cortesía al final para que el cuento no se acabe donde acaban las aventuras de Omar, sino que continúe donde la imaginación le lleve al niño.  

Siguiendo con las conexiones –ya no en el terreno cerebral, sino en el de las emociones– resulta que el calamar que protagoniza la historia salió de los dedos de otro niño, Etienne Tran Eguiguren que nació en mayo de 2006 en Tanzania.

El trabajo del ilustrador, Eduardo Coello, arquitecto y urbanista por vocación, ha sido desarrollar el calamar original, mientras que la autora, Ana Mombiedro ha creado la historia para él. Se completa así un círculo de conexiones y emociones que invita a ser completado de forma distinta por cada niño, en cada casa. Y es que cada uno también tiene sus propias historias en la cabeza y un final para cada una de ellas que es posible incorporar.

Los cuentos se venden al precio de 9€ destinados a sufragar los gastos de los experimentos que desde marzo de 2017 Ana Mombiedro realiza para la investigación de su doctorado en Arquitectura y Neurociencia. Se pueden conseguir contactando directamente con ella en mombiedro.ana@gmail.com, en la web de la casa del libro o en la sede de la editorial Turpin (Alondra, 28. Madrid).