Pasión por leer. Pasión por escribir.

Portada > Noticias > Libros > Ensayo > Un ángulo me basta. Visiones pedagógicas

Un ángulo me basta. Visiones pedagógicas

Visiones pedagógicas a partir de experiencias con el conocimiento.

23 de mayo de 2022. Estandarte.com

Qué: Un ángulo me basta. Visiones pedagógicas Autores: Alejandro Vergara Sharp, Rosa Huertas, Vicente Cristóbal, María Soriano, Álex Calabuig, Aida Pérez, Inés Pineda, Moisés Llorente, Ernesto Calabuig Editorial: Tres Hermanas Año: 2021 Páginas: 208 Prólogo y edición: Ernesto Calabuig Precio: 19,90 €

Un ángulo me basta. Visiones pedagógicas no es un manual de pedagogía, aunque hable de educar y de educación, como indica el editor del libro, prologuista y autor de uno de los textos, el filósofo, escritor y crítico literario Ernesto Calabuig. 

Se trata de un libro escrito por nueve autores que se construye desde experiencias y trayectorias profesionales, puntos de vista, estilos y criterios diferentes.

En común tienen el carácter reflexivo, el espíritu crítico y las sólidas argumentaciones, sostenidas sobre sus propias vivencias y trayectorias, sobre su bagaje cultural, sus referentes y sus lecturas –sus textos despiertan la curiosidad por otras obras y autores a los que citan–.

Subyacen entre sus páginas la inquietud e interés por el conocimiento, el respeto al saber y a plantearse los temas, a la educación de calidad, y la animadversión tanto hacia las miradas con prejuicios como hacia las actitudes pasivas y perezosas.

También, de alguna manera, este libro es un homenaje a la figura del maestro. Hay menciones para aquellos que son capaces de marcar de forma positiva una vida, para los que saben escuchar, acompañar, animar, distinguir lo importante de lo que no lo es…

Moisés Llorente, ingeniero de Telecomunicaciones y profesor, habla de magia («Abrir su mente hacia un nuevo conocimiento, por áspero que sea, es la verdadera magia de ser profesor») y Aida Pérez, responsable de Patrocinio y Mecenazgo de la Compañía Nacional de Danza, recordando a su maestra, describe a esa figura como «alguien que desde su alma siembra en ti la semilla del anhelo por conocer, por buscar más allá de la propia disciplina que te imparte».

Este libro está plagado de magos y sembradores de semillas. Muchos de los autores dan o han dado clases y su paso por las aulas y la convivencia con los alumnos impregnan sus textos. Lo impregna también su pasión, esa que defiende la utilidad de lo inútil, que mira de cara a los problemas y los señala, que busca y ofrece soluciones y alternativas y lo hace mirando al conjunto de la sociedad («No se puede hablar de pedagogía sin llevar a cabo toda una radiografía social […]» apunta Ernesto Calabuig en el ensayo que cierra este libro: «Educadores, materia y espíritu»).

Esa pasión se proyecta desde la literatura en los casos de Rosa Huertas, licenciada en Filología Hispánica, doctora en Ciencias de la Información y profesora de lengua y literatura, y Vicente Cristóbal, catedrático de Filología Latina, investigador del mundo clásico, traductor y poeta; desde la danza con Aida Pérez; desde el deporte y laeducación física con Álex Calabuig, periodista, licenciado en Ciencias de la Información, director de la revista Corredor; desde la música, de la mano de María Soriano y de su experiencia con una pedagogía innovadora, o desde la filosofía con Ernesto Calabuig.

Todos ellos hablan desde su conocimiento, a partir –por ejemplo– de las iniciativas que ponen en marcha para fomentar el amor a la lectura o para hacer del espacio de aprendizaje un entorno agradable y amigable.

A este libro hay que acercarse con inquietud por escuchar y con la mirada desprejuiciada. En este sentido, en el de la mirada limpia, hay dos intervenciones a destacar. Inés Pineda –catedrática de Medicina Cardiometabólica en la UCL– apunta, entre sus reflexiones sobre la pedagogía científica, el valor de formar una hipótesis basada en hechos observados y tomar decisiones basadas en esos hechos observados y no en ideologías.

Alejandro Vergara Sharp, doctor en Historia del Arte y, actualmente, jefe del Área de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo del Prado, constata la tendencia de hoy día a polarizar cualquier debate. Sostiene su tesis asomándose a dos edificios politizados de Madrid –el Arco de la Victoria y el Ministerio del Aire– cuyo valor e historia se pierden por su identificación ideológica, y reflexiona sobre la escasa presencia de mujeres artistas en el Museo del Prado.

Entre los nueve autores y la editorial Tres Hermanas tejen un libro interesante y sugerente, con una virtud estupenda: animar a la reflexión, a pararse a pensar y cuestionarse realidades y dinámicas. 

Comentarios en estandarte- 0