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La biblioteca de Federico García Lorca

García Montero publica 'Un lector llamado Federico García Lorca'.

18 de agosto de 2016. Estandarte

Qué: Un lector llamado Federico García Lorca: la biblioteca del poeta. Autor: Luis García Montero. Editorial: Taurus. Año: 2016. Páginas: 256. Precio: 20,90€ (papel) y 10,99 € (libro electrónico).

Conocemos muchas facetas de Federico García Lorca: la de escritor, por supuesto, y la de comprometido colaborador de las Misiones Pedagógicas —ese proyecto que buscó acercar la educación y la cultura a aquellos ciudadanos españoles que tenían un difícil acceso a ellas—, y la de amante de las bibliotecas. Con todas ellas guarda relación otra cara de García Lorca, quizá la primera de todas en cuanto a su contacto con la literatura: la de lector. Con motivo del octogésimo aniversario de su muerte —fue fusilado en la carretera de Víznar a Alfacar, en la provincia de Granada, durante la madrugada del 18 de agosto—, recomendamos la lectura del ensayo Un lector llamado Federico García Lorca, de Luis García Montero. Un libro que parte de un principio clarísimo: «todos nosotros somos, en esencia, aquello que leemos».

Según defiende en este libro el prolífico Luis García Montero, las lecturas a las que Federico García Lorca se acercó en su juventud le convirtieron en la persona que fue —hasta sus últimas consecuencias— y en símbolo de toda una época. Como uno de los escritores españoles más populares del siglo XX, sus obras son objeto continuo de estudio, su poesía resuena más allá de los libros y sus piezas teatrales han conocido multitud de puestas en escena a lo largo de los años. Lejos del mito del autor de genio innato y profundas raíces populares, sus escritos —desde los más tempranos— reflejan un profundo conocimiento de la literatura clásica, de las obras de sus contemporáneos, además de un crecimiento intelectual a la cultura popular en los planos de la literatura, la música o el teatro.

Un lector llamado Federico García Lorca nos acerca a la juventud del escritor, cuando el ya escritor busca en sus lecturas la manera de forjarse una identidad, no solo como escritor, sino también como individuo y como ser social. ¿Qué lecturas ayudaron a aquel muchacho a convertirse en el Federico García Lorca que conocemos? Tal y como Luis García Montero resumió en una entrevista con El País, «si la lectura de Hesíodo, Platón o Shakespeare le sirvió al poeta para establecer la dinámica de sus conflictos en el escenario de la alta cultura, la apuesta por Ibsen, Maeterlinck y Verlaine le permitió, además, adentrarse en el mundo simbólico y en poder de lo callado. Estas lecturas, como las de Oscar Wilde, Rubén Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, facilitaron un diálogo íntimo en el que Federico García Lorca encontró su sentido a la hora de escribir. El joven habitó sus libros para negociar consigo mismo y con el mundo su propia identidad». Una identidad que se transformó en mito, que se desvela en Un lector llamado Federico García Lorca, y que le convirtió —con la única sombra de Miguel de Cervantes— en el escritor español más universal.

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