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Otra vuelta de tuerca, Henry James

El clásico de un clásico, en una edición deliciosa.

01 de febrero de 2012. Estandarte / Siruela

Qué: Otra vuelta de tuerca Autor: Henry James Editorial: Siruela Año: 2012 Páginas: 184 Precio: 16 €

Otra vuelta de tuerca, una de las cumbres narrativas de Henry James, reaparece en nuestras librerías gracias a esta sencilla pero cuidada edición de Siruela, que viene acompañada de un prólogo de José María Guelbenzu y está traducida por José Bianco.

En Otra vuelta de tuerca nos preguntamos: ¿qué puede hacer una institutriz, sola en un aislado caserón, para proteger a sus dos pupilos del lento acoso de los fantasmas? Nos hallamos ante uno de los mejores argumentos de la literatura moderna. Se ha dicho que encierra un aviso de la presencia del mal más allá de toda imaginación, una refinadísima historia sobre los inconvenientes de la bondad, una metáfora de la escritura. Tal vez las interpretaciones sean infinitas…

Esta traducción que nos ofrece Siruela, obra del argentino José Bianco, tiene categoría de clásica. Jorge Luis Borges escribió: Recuerdo ahora su admirable versión del más famoso de los cuentos de Henry James. El título es, literalmente, La vuelta de tuerca. Bianco, fiel a la complejidad de su artífice, nos da Otra vuelta de tuerca.

Henry James nació el 15 de abril de 1843 en Nueva York, Estados Unidos, y falleció el 28 de febrero de 1916 en Londres, Gran Bretaña. Nacido en el seno de una familia adinerada, era el hermano menor del conocido filósofo y psicólogo William James, que teorizó acerca del “fluir de consciencia”, un sistema de escritura que aplicarían autores tan conocidos como Virginia Woolf o James Joyce. Las obras del propio Henry son psicologistas e intimistas, y suelen representar un conflicto entre la forma de vida y costumbres de los habitantes del Viejo y Nuevo Mundo. Estudió en Nueva York, Londres, París y Ginebra, estableciéndose finalmente en Inglaterra, país que acabaría otorgándole la nacionalidad. Comenzó a publicar cuentos y artículos con veinte años, y en Europa trabó amistad con escritores de la talla de Goncourt,  Maupassant o Balzac. Su prosa perfeccionista y su estudio meticuloso de cada personaje quedaba patente en sus novelas, como podemos observar en obras hoy en día muy reconocidas (si bien en su época no obtuvieron el éxito que James esperaba), como Retrato de una dama u Otra vuelta de tuerca. También fue muy significativa su labor como crítico literario, introduciendo conceptos novedosos referentes a la perspectiva, la figura del narrador y la creación de personajes, reivindicando en todo momento la libertad creadora contra la imposición de métodos y esquemas tradicionales y obsoletos.

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