La autobiografía de Miguel de Molina

03 de marzo de 2012. Estandarte / Almuzara

Botín de guerra es el título de la autobiografía de Miguel de Molina que acaba de editar Almuzara, impulsada por su sobrino-nieto Alejandro Salade y el poeta bonaerense Salvador Valverde. Se han comentado tantas mentiras, tantas cosas absurdas de mí, que uno de los motivos para escribir mi historia es develar, de una vez por todas, la verdad.

Así justificaba el mítico Miguel de Molina, uno de los creadores y cantantes más famosos de la copla de España, su autobiografía, que por fin ve la luz.

Con gran aportación de material gráfico, Botín de guerra nos cuenta cómo tras triunfar y llegar a lo máximo en el periodo de la República, con la llegada de la guerra civil y la dictadura, todo se truncó en su vida y pasó a un largo exilio.

Miguel de Molina, fallecido en 1993 en Buenos Aires, es hoy una figura indiscutible de la cultura española, de su arte musical y escénico, además de estar a la cabeza de los creadores del género de la copla. Pero no siempre fue así.

Su independencia artística y personal, su abierta homosexualidad y la simpatía por al régimen republicano hicieron que se le maltratara en el mundo del espectáculo y que varios personajes relevantes, identificados con nombres y apellidos, le secuestraran y apalearan en 1939.

Un hecho de los que salieron indemnes los agresores, que el autor cuenta en esta obra, y que muchos conocimos gracias a la película de Jaime Chávarri, Las cosas del querer.

La autobiografía recoge igualmente su confinamiento en Cáceres o Buñol y la orden por la que se le prohibió trabajar en España y se le forzó al exilio. Mientras desarrollaba una gran carrera artística en América, según cuenta este relato biográfico, su forma de vida y su condición sexual hicieron que de nuevo sufriera persecución y explusión en Argentina.

En México, según narra el artista, fue boicoteado por Jorge Negrete y Mario Moreno Cantinflas. Estos y otros muchos hechos, como sus amores, su relación con Lorca y sus famosas fiestas, son relatados con detalle por Miguel de Molina en su autobiografía, Botín de guerra.