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40 marrones con hijos adolescentes

Un manual que ayuda a descubrir el potencial de la adolescencia.

13 de abril de 2021. Estandarte.com

Qué: 40 marrones con hijos adolescentes Autor: Jaime Valverde Editorial: Larousse Año: 2019 Páginas: 272 Ilustración: Silvia Sáez Precio: 16,90 €

40 marrones con hijos adolescentes, de Jaime ValverdeAquello tan manido de que los niños no vienen con libro de instrucciones es tan cierto como que muchos padres lo echan de menos y suspiran especialmente por él cuando se acerca la adolescencia: esa etapa de transición de la niñez a la vida adulta en la que se suceden tantos cambios y en la que a veces parece que padres e hijos viven en planetas distintos. 40 marrones con hijos adolescentes. Y cómo afrontarlos con cariño es un manual o –como indica su autor, Javier Valverde– un prontuario de soluciones, un recetario de conductas o un manual de autoayuda dirigido a progenitores implicados (ni sobreprotectores ni de los que miran para otro lado).

Valverde es psicopedagogo y cuenta con una experiencia de más de treinta años en educación y cambio de conductas en familias con preadolescentes, adolescentes y jóvenes con dificultades de aprendizaje y de integración socioafectiva, familiar, escolar… En este libro, de forma muy pedagógica tanto en el discurso como en la forma de articularlo, expone cuarenta cuestiones relativas a los sentimientos y el crecimiento de los adolescentes y a la –no siempre fácil– convivencia con ellos. Las ilustraciones de Silvia Sáez ponen su granito de arena en esa labor didáctica. 

En ocho capítulos, en los que no faltan ni sentido común (a raudales) ni sentido del humor (un buen ingrediente para quitarle hierro a determinadas situaciones), Valverde aborda temas como la comunicación, la socialización, la empatía, la soledad, el uso del móvil, la motivación o la sexualidad. Lo hace describiendo portazos o el olor de su ropa tras una noche de fiesta y diferenciando edades (con 14 años se es adolescente y con 17 también, pero esos tres años son un abismo). Tomando como punto de partida ejemplos de posibles situaciones vinculadas a ese tema –por ejemplo, no permitirle ir una noche de tormenta a la discoteca o una pelea entre hermanos durante la cena–, lo desgrana y plantea tres preguntas: ¿qué sabemos de…?, ¿qué podemos hacer…? y ¿qué podemos esperar…?

De lo particular pasa a lo general en un ejercicio interesante que recuerda que “solo puede educar quien nos inspira confianza, aquel en el que nos reconocemos y nos acoge, aquel que nos entiende y comparte nuestras alegrías y pesares”.

Para llegar a ese entendimiento el autor deja ver que en ocasiones es útil permitir que nos guíe una mirada externa para tomar distancia y reconducir situaciones, decidir qué batallas merece la pena luchar, en qué momentos es más beneficioso actuar y en cuáles esperar… En resumen, para aprender la forma en qué podemos ayudarles y acompañarles, aun cuando no reconozcan que necesitan esa ayuda.

En las tres preguntas que comentábamos antes, la de ¿qué podemos hacer…? viene acompañada o resumida con unas notas-recordatorio: pautas encaminadas a afrontar situaciones complicadas y a fomentar actitudes positivas… En esa suerte de esquemas, da las claves, por ejemplo, de la escucha activa o de cómo enseñar a ser responsable con los gastos. En ellas prevalece, como en todo el manual, el tono positivo, pero realista y no edulcorado: el autor subraya la potencialidad y la riqueza de esta etapa. ¿Algunos ejemplos?: “No recrimines ni aludas al pasado. Céntrate en el futuro”, “Reconoce su opinión. Sé receptivo y asertivo”, “Pregunta con claridad y sencillez”, “Educar la sexualidad pasa por educar la afectividad y el respeto hacia uno mismo y hacia los demás”. Cada capítulo concluye con una Zona Zen: una suerte de conversación con un amigo que regala su experiencia y cuenta lo que otros que también saben del tema opinan sobre él. En Para saber más, Valverde recomienda otras lecturas comentándolas en muy pocas líneas, las suficientes para mostrar por qué son interesantes.

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