El espejo y el martillo, Manuel Álvarez Junco

03 de febrero de 2018. Estandarte.com

A partir de la frase con alma de grafiti “el arte no es un espejo, es un martillo", el artista y diseñador gráfico Manuel Álvarez Junco ofrece en el libro El espejo y el martillo, editado por Turpin, una reflexión sobre el arte como engranaje para la expresión de emociones y la comunicación de ideas. Bien, pero hay algo más: su capacidad reveladora de la identidad propia. Se trata de una sorpresa, algo inesperado puesto la obra artística, tanto la propia como la ajena en la que uno se reconoce, es, en ocasiones, capaz de sorprender nuestros sentimientos al mostrarnos –“desvelarnos", mejor dicho– desde afuera, desde la perspectiva de alguien (o algo en este caso) ajeno a nosotros, pero que resulta que nos conocía mejor que nosotros mismos. Es un proceso parecido al que usaba Sócrates para extraer la sabiduría desde fuera, mediante el camino de las preguntas, a aquellos interlocutores que se le acercaban con sus inquietudes o sus dudas.

El espejo y el martillo es un libro-objeto cuyo exquisito tratamiento editorial por parte de Turpin editores lo convierte en libro-joya. En esta obra tan importante es leer, como ver, como tocar. Los sentidos implicados hacen que se disfrute el triple. En sus páginas los grafismos —palabras escritas y dibujos— interactúan con juegos formales donde lo que se ve se puede leer y lo que se lee se puede ver. Editado con lujo y pasión –no como expresión vacía, sino con ambos nombres cargados de significado– presenta tapa dura y estampación plata, interior con manipulado particular, incluyendo desplegables e impresión a varias tintas sobre papeles especiales italianos en bolsa transparente con pegatina sellada a mano. El libro, cuyo diseño ha corrido a cargo de Chema Ribagorda, se presenta seriado y firmado por Manuel Junco, constituyendo una obra única en el mundo del libro actual. Es una de las especialidades de Turpin, en cuyo catálogo figuran títulos que han obtenido diversos premios y cuyas producciones han estado han formado parte de exposiciones en el Instituto Cervantes, el Círculo de Bellas Artes o la que se celebró en 2000 en la Biblioteca Nacional: Expolibri 2000, los libros mejor editados en el siglo XX.

El espejo y el martillo no es un título (im)puesto para la ocasión, sino un tema sobre el que el autor –que junto a su labor de artista y diseñador lleva a cabo una importante labor docente e institucional en la Universidad Complutense de Madrid– ha reflexionado en los últimos años. Fruto de esa investigación surgió la exposición del mismo nombre que en 2015 se pudo ver en la Biblioteca María Zambrano de la madrileña Ciudad Universitaria. Un año anterior había pasado por Chongqing, China.

No es la primera vez que Manuel Álvarez Junco colabora con la editorial Turpin. Hace tres años Turpin publicó Una imagen para el Quijote. En él, Álvarez Junco volcaba su pasión por el Quijote y su experiencia teórica y práctica en el campo del humor y la gráfica para elaborar una interesante reflexión sobre la imagen y las imágenes del Quijote. Primero, desde el punto de vista del diseño, es decir, el tratamiento tipográfico que se le ha dado históricamente a la novela de Cervantes. Segundo, desde las cuestiones que un artista visual se plantea ante la difícil recreación de un tema así, que curiosamente y por medio de la lectura, cualquier persona ha desarrollado de antemano en su propia imaginación.