La supuesta traición de la Casa del Lector

17 de julio de 2013. Javi De Ríos

No confundir con la cadena de librerías Casa del Libro. Lo digo porque la primera vez que escuché el nombre también me llevó a equívoco, aunque solo fuera durante unos segundos. Por si alguien no sabe de qué estoy hablando aclarar que la Casa del Lector es un espacio cultural, situado en Matadero Madrid, promovido por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, y que se definen a sí mismos como “un gran centro cultural que hará de los lectores y la lectura sus protagonistas fundamentales. Un lugar desde el que experimentar con la lectura, sus nuevas manifestaciones, su promoción, la formación de sus intermediarios…”.

¿Y cuál es la noticia? Que seguimos a vueltas con Amazon. Que los libreros, o al menos sus representantes, siguen derrochando más energías en arremeter contra el gigante americano que en construir alternativas frente a la situación que se avecina o, más bien, ante la situación que ya está aquí.

Según podemos leer en El Confidencial la, voy a decirlo así, penúltima polémica consiste en que la Casa del Lector ha firmado con acuerdo con Amazon por el cuál crean lo que han tenido a bien en llamar la Zona Franca de Lectura Kindle.

En dicha zona los interesados podrán acceder de forma gratuita a dispositivos Kindle y Kindle Paperwhite, y leer en ellos, también gratis, por supuesto, una serie de títulos que van desde los clásicos, hasta los e-books más vendidos en la tienda de Amazon.

Quien no tardó en salir a la palestra para criticar el acuerdo fue Juan Manuel Cruz, el presidente de CEGAL, que lo ha calificado directamente como traición. También lo han criticado Ramón Alba, de Ediciones Polifemo, y Ramiro Domínguez, como miembros de una comisión de pequeños editores de Madrid, aunque reconociendo que la importancia de este acuerdo es más bien simbólica. En algún caso han apelado incluso a la traición del espíritu del propio Germán Sánchez Ruipérez…

Ciñéndonos a los hechos, únicamente se me ocurren dos pequeñas apreciaciones. La primera es que en ningún momento se critica lo que se hace, sino con quién se hace, lo que a mí me parece curioso. La segunda, es algo que siempre digo, en lugar de criticar una idea que a mí me parece bonita, creo que lo más práctico sería pasarse por el formulario que la Fundación Germán Sánchez Ruipérez pone, en la web Casa del Lector, para que cualquiera que quiera presentar un proyecto interesante, lo pueda hacer. Podríamos incluir una tercera, que cae por su propio peso: pensar un proyecto chulo y ponerlo en marcha.

Lo que han puesto en marcha la Casa del Lector y Amazon no deja de ser una pista a seguir por cualquier biblioteca que quiera ofrecer un servicio de préstamo de e-books. Yo lo único que echo de menos, es que otros tengan iniciativas similares, ya que Amazon está pasando como una apisonadora sobre el novísimo sector de la literatura digital, pero en parte por la inacción de los demás.

Quiero acabar recomendando la lectura de un artículo de Bernat Ruiz Domènech, en el que desgrana con más mimos las opiniones vertidas por quienes han criticado duramente el acuerdo. Más o menos coincide con mi opinión, pero me gustaría aclarar que siempre es interesante pasarse por Scripta Verba, se coincida o no con su autor.

(Publicado originalmente en librista.es)