La Biblioteca Vaticana digitaliza sus fondos

10 de agosto de 2012. Estandarte

La Biblioteca Vaticana contará con la ayuda de la NASA para digitalizar sus manuscritos: una cantidad ingente, 80.000 textos antiguos, de una delicadeza que precisa una tecnología que no de este mundo. El formato elegido será el FITS (Flexible Images Transport System), utilizada por la agencia espacial estadounidense desde la década de los sesenta para archivar e inventariar las imágenes y los documentos fruto de sus incursiones espaciales.

Luciano Ammenti, coordinador de la labor de digitalización por parte de la Biblioteca Vaticana, explicó que el bien que debemos tutelar es el de los manuscritos, y por tanto, ninguno de estos puede deteriorarse ni romperse durante el proceso de adquisición. De igual forma, resaltó que el formato escogido es uno de los dos que han resistido el paso del tiempo; una utilidad demostrada en disciplinas como la biomedicina o la medicina nuclear.

Sin embargo, antes de proceder a la digitalización parcial del impresionante fondo de la Biblioteca Vaticana (compuesto por 1.600.000 de volúmenes impresos, 83.000 incunables, 74.000 documentos de archivo, 100.000 incisiones y 300.00 monedas y medallas, además de los 80.000 manuscritos que se digitalizarán) se comprobó que no existían problemas con el FITS sobre un patrón de veintitrés manuscritos que no presentaban un deterioro importante, y que se trasladaron, transcribieron y conservaron de manera efectiva.

La prolongada consulta directa de los manuscritos de la Biblioteca Vaticana —en palabras de su prefecto y director, monseñor Cesare Pasini— ha impulsado a la institución a emprender un proyecto sin precedentes en el mundo por sus dimensiones. Con calma, eso sí, como se espera de una iniciativa tan ambiciosa: el primer paso es trasladar todo el material escrito a un búnker construido por la NASA, en el que la temperatura permitirá conservar los documentos mientras en torno a 150 personas proceden a su digitalización.

El proceso de digitalización de la Biblioteca Vaticana se prolongará durante diez años, aunque el resultado se ofrecerá en internet a medida que los manuscritos vayan digitalizándose: este gesto supone una importante democratización en el acceso a parte de los tesoros de la biblioteca, puesto que hasta hoy solo los especialistas designados por la institución —apenas 250— poseían la autorización necesaria para consultarlos.

El cuidado en torno a los manuscritos de la Biblioteca Vaticana —que se reabrió en 2010, después de tres años de restauraciones— no se limita a su manejo, sino que también se extiende al lugar en el que se conservan: un espacio armado en cámaras subterráneas del Vaticano, de las que se controlan tanto la temperatura como el nivel de humedad. Todo un misterioso paraíso...