El órdago de Amazon a Hachette

30 de julio de 2014. Estandarte.com

Golpe de estado de Amazon en la república del libro, y van... Durante su negociación en Estados Unidos con Hachette Book Group, la primera de las que mantendrá con otros grupos editoriales y en otros países, Amazon tomó algunas medidas drásticas —disculpen el eufemismo— para forzar la respuesta del grupo de origen francés: retrasó las fechas de entrega de libros de Hachette al reducir al mínimo las existencias de libros editados por el grupo, y eliminó la posibilidad de comprar por anticipado sus títulos.

Aunque Amazon propuso beneficios a los escritores que publican con Hachette, los autores se posicionaron a favor de sus editores. Ante esto, Amazon ha difundido las condiciones que ha ofrecido a Hachette, y también sus exigencias. Piden a Hachette que reduzca el precio habitual que se paga por una novedad digital hasta los 9,99 dólares (7,45 euros), y no los 14,99 o 19,99 dólares habituales, repartiendo el precio de manera que el autor cobre un 35%, el editor otro 35%, y Amazon se quede con el 30%. Recuerdan desde Amazon que el libro electrónico no conlleva gastos de impresión o almacenaje como el de papel y que, por tanto, los precios actuales son injustificadamente altos.

En el comunicado, un mensaje en un foro hospedado en su web, Amazon subraya lo popular de sus medidas: el papel del autor como beneficiario del acuerdo, puesto que sus beneficios crecerían del 25% al 35% —un 16% más, con un público que aumentaría en un 74%—, y las cifras también positivas para los lectores, que pagarían un 33% por los libros digitales que comprara, escudándose en que si aspiramos a una saludable cultura de lectura, debemos trabajar duro para lograr que los libros compitan con otros tipos de medios.

Además de aconsejar a los editores cómo fijar sus precios, Amazon lanza un recadito a Hachette en el último párrafo de su comunicado: creemos que Hachette está compartiendo una porción demasiado pequeña con el autor, pero al fin y al cabo no es nuestro asunto, puesto que son ellos quienes deciden qué porcentaje destinan al escritor. En todo caso, parece que la decisión está sobre la mesa de Hachette, sin demasiadas opciones ante el ultimátum público de Amazon.