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¿Qué es una tlapalería? ¿Es una ferretería?

Parecido a una ferretería, a un 'drugstore' y ninguna de las dos cosas

14 de febrero de 2024. Estandarte.com

Qué: ¿Qué es una tlapalería?

Tlapalería es una palabra mexicana que hunde sus raíces en el náhuatl, la lengua que fuera del Imperio azteca. Es una palabra mestiza que combina esta lengua y el español. En el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española (2010) se lee:

tlapalería. (Del nahua tlapalli, color para pintar).
1. f. Mx. Tienda donde se venden utensilios para trabajos de electricidad, albañilería, plomería, carpintería, etc.

Curiosamente no es exactamente lo mismo que propone el Diccionario de la Lengua Española que dice que la palabra viene del náhuatl tlapalli, 'líquido de fuego' y -ería. Lo primero es puesto en duda, además de por el Diccionario de americanismos, por diversas fuentes que abundan en que el significado original haría referencia a los colores y no al fuego. Lo segundo, el sufijo –ería remite a los comercios donde se venden diversos artículos. La definición que da el Diccionario de la Lengua Española es la siguiente: 

tlapalería. 
1. f. Mx. Tienda de pintura, donde también se venden materiales eléctricos y herramientas.

Si en cuanto al origen surgían ciertas discrepancias, en cuanto al significado la cosa queda bastante clara. Ferretería se suele dar como palabra sinónima de tlapalería, pero lo es solo en parte. Una de las diferencias es que en uno de esos comercios típicamente mexicanos se suele vender a granel, mientras que en las ferreterías los tornillos, las roscas y este tipo de piezas pequeñas se suelen encontrar en bolsas, cajas o lotes de diversas unidades. En una tlapalería se encuentra de casi todo lo que pueda servir para las más comunes reparaciones domésticas. Suele tratarse de productos más pequeño en tamaño y menos sofisticados de los que hay en una ferretería bien surtida. También se encuentran en las tlapalerías productos químicos para la limpieza y materiales que pueden necesitar los alumnos en el colegio. 

El escritor y pintor José Moreno Villa (Málaga 1887-1955) –encuadrado literaria y vitalmente en la Generación del 27– dedicó a la tlapalería un epígrafe de su obra Cornucopia de México. Así denominó el particular libro de viajes y reflexiones que dedicó a su país de acogida tras huir de la Guerra Civil española. Allí se lee:

“La tlapalería, en primer lugar, no es un establecimiento claramente definido por lo que yo veo. Y su condición imprecisa es ya un obstáculo para pasar la frontera. El diccionario de mexicanismos dice: TLAPALERÍA, s. f. Tienda de aceites, pinturas, gomas, etc. Del azteca tlapali, color.

El etcétera es mortal en toda definición porque no limita o cierra, sino que deja abierta la frase para lo que nos guste agregar. Y, en efecto, no todas las tlapalerías tienen el mismo surtido. Las hay pobres y ricas. Hice un intento de catalogar los artículos en algunas de ellas, pero vi que, aparte de los fundamentales citados en la definición dicha, contaba con objetos de ferretería, cordeles, papeles, brea, focos eléctricos, cera para los pisos, cubetas, vacinillas, jarras, pocillos de peltre, alambre, cemento, vidrios, mastique para tapar agujeros y útiles de cocina”.

La obra completa se puede recuperar a partir del Corpus Diacrónico del Español (CORDE), un recurso con fuentes textuales de todas las épocas y lugares en que se habló español, desde los inicios del idioma hasta el año 1974. La comparación con el drugstore mencionada en el subtítulo es del propio Moreno Villa: “Alguien me dice que este comercio a lo que más se parece es al drugstore de los Estados Unidos norteamericanos. Pero no creo que sea bastante exacta la comparación. El drugstore tiene más empaque. En la tlapalería se venden cosas burdas y ordinarias de la vida doméstica; en la drug-store se pueden revelar placas, se pueden comer pasteles finos. ¿Quién se atreverá a pedir un sorbete en una tlapalería?

No. La tlapalería es, a mi ver, un almacén, más que un bazar, dedicado a todas esas cosas groseras y oscuras necesarias en las casas. El cordel de esparto, el estropajo, el clavo y la alcayata, la cera para el pavimento, el aguarrás, las pinturas para las puertas, los trapos de fregar y cosas de este jaez”.

Seguramente no sea sitio para pedir un sorbete, pero sí para tomárselo en la acera de enfrente contemplando el ir y venir de un comercio único al que se llama con una palabra tan sonora y hermosa como difícil de pronunciar: tlapalería.

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