¡Aloha, Honolulu Books!

19 de agosto de 2012. Estandarte

Damos la bienvenida a Honolulu Books, una editorial alternativa e independiente sin imposturas, sin colgarse la etiqueta porque sí: alternativa e independiente de verdad. Alguna gente, han declarado sus responsables, piensa que ser indie es hacerte fotos estilosas con tus Rayban por el Primavera Sound. Hay mucho de eso, mucha cáscara. No nos gusta declararnos como independientes: somos una editorial de guerrilla. Estamos solas (somos dos las que hacemos casi todo) pero nos podemos mover con pasos cortos y agilidad. Y solas es como sacamos esto adelante, inspiradas más en los fanzines y en las autopublicaciones que en la denominada edición independiente.

Espíritu independiente, corazón do it yourself y mucha ironía e irreverencia para Honolulu Books: una muy pequeña editorial con sede en Barcelona que afirma en su tumblr ser la quinta más pequeña de toda la Península Ibérica, amenazando con convertirse, pronto, en la primera.

Apuestan por textos breves y autores jóvenes, inéditos en papel pero curtidos en el ámbito de los blogs, y en Internet vuelcan todo su esfuerzo de difusión y la mayoría del relativo a la distribución, pues los libros de Honolulu Books pueden encontrarse en menos de diez puntos de venta, solo en Barcelona y Madrid. Librerías especializadas en arte, galerías, tiendas de discos… Lugares poco convencionales para una editorial nada convencional, que da la cara con chicas de portada cual revista pulp.

Honolulu Books inauguró su catálogo con un doble lanzamiento: E-mails para Roland Emmerich, de Sergi de Diego Mas, o el poemario que Agustín Fernández Mallo escribiría si no se centrase más en la narrativa, y Mari Klinski, de Ainhoa Rebolledo, una crónica narrativa con dosis autobiográficas en la que la protagonista no es la autora, sino sus bicicletas. Acaban de publicar 2013, de Lucía Muñoz Molina, o la sátira sobre un gulag en el que egobloggers, estilistas, editoras de revistas de moda y otras predicadoras de la decadente fast-fashion son reeducadas.

Desde Estandarte nos ataviamos con flores coloridas y faldas hawaianas para celebrar el nacimiento de un nuevo sello, sí, que merece una atención especial por su empeño en el riesgo y la calidad.