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Vida y obras de William Shakespeare

El genio tras una obra inigualable, de lenguaje gozoso y personajes soberbios.

17 de febrero de 2024. Estandarte.com

Qué: Biografía de William Shakespeare

Cuenta Stephen Greenblatt en El espejo de un hombre (Penguin Random House), que los datos que han llegado sobre William Shakespeare son muchos, pero poco concluyentes, por lo que en cualquier estudio biográfico sobre el dramaturgo siempre hay especulaciones.

En los archivos se ha encontrado información sobre transacciones de propiedades, facturas, una licencia matrimonial, unas últimas voluntades y un testamento, pero Greenblatt echa de menos cartas, diarios, memorias…: documentos más personales. “Para comprender quién fue Shakespeare, es importante seguir las pistas verbales que dejó tras la vida que vivió y el mundo al que estaba abierto. Y para comprender cómo Shakespeare utilizó su imaginación para transformar su vida en su arte, es importante que sepamos usar nuestra propia imaginación”, afirma el experto sobre Shakespeare.  

Las suposiciones comienzan con la fecha de nacimiento. Se ha señalado que fue el 23 de abril de 1564, pero el dato con el que se cuenta, gracias al registro parroquial, es que fue bautizado el 26 de abril. Se ha dado por sentado que se respetó el plazo de los tres días para recibir el sacramento común en la época y, de paso, se ha jugado con cierto romanticismo por la coincidencia del día con el de su fallecimiento, del que sí hay constancia de que se produjo el 23 de abril de 1616.

Nació y murió en Stratford-upon-Avon. Su padre, John Shakespeare, se dedicó a la fabricación de guantes y a la curtiembre y ejerció diversos cargos municipales en Stratford hasta que en 1576 se apartó de la vida pública (posiblemente por problemas legales y económicos). Su madre era Mary Arden, una mujer intensamente vital y edificante, según la describe Bill Bryson en Shakespeare (RBA; 2009). Fue el tercero de cinco hermanos. Estudió probablemente en el King’s New School de Stratford, escuela que abandonó pronto para trabajar. A los 18 años se casó con Anne Hathaway, con quien tuvo tres hijos: Susanna y los mellizos Hamnet y Judith.

A finales de la década de 1580 William Shakespeare dejó a su familia en Stratford y se fue a Londres, una ciudad en la que existía la semilla necesaria para que el teatro viviera un momento dorado. Él contribuyó a afianzar ese esplendor. Según Bryson entre la apertura del teatro Red Lion en 1567 y el cierre de los teatros decretado por los puritanos 75 años después, las salas londinenses albergaron cinco millones de espectadores, es decir, la población de entonces multiplicada por diez.

Dramaturgo, actor, copropietario de teatro, Shakespeare impulsó, como indica Bryson, actuaciones más naturales, obras más espectaculares, ambiciosas y estructuralmente complejas, y puestas en escenas brillantes con una gran economía de medios. Con la flexibilidad y relajación en las normas que permitía el teatro isabelino, Shakespeare se apropiaba de argumentos, diálogos o cualquier otro elemento que sirviera a su interés y se permitía disparates geográficos y anacronismos para hacer de cualquier tema, por banal que fuera, una obra genial. Inventó cerca de 2.000 palabras y creó personajes con una fuerza y carácter grandiosos. En la entrada que dedica a Shakespeare, Harold Bloom en su libro Genios (Anagrama), reconoce que si pudiera interrogar a un autor ya fallecido escogería a William Shakespeare para preguntarle “si lo confortaba el hecho de haber modelado hombres y mujeres más reales que los hombres y mujeres de carne y hueso”.

La falta de certezas sobre la vida del autor ha llevado a los estudiosos a buscarle en sus personajes, pero, como afirma Bryson, “según seleccionemos su obra de una manera u otra, podremos deducir que era de talante conservador, cerebral, metafísico, melancólico, maquiavélico, neurótico, banal, amable… Shakespeare era, desde luego, todas esas cosas –como autor–, lo que no sabemos es qué clase de persona era”. Sobre todo se le ha buscado en sus Sonetos, publicados en 1609 por Thomas Thorpe, se cree que sin el consentimiento del autor. Para muchos esta obra constituye la cumbre del genio shakesperiano por su destreza imaginativa, la inventiva técnica y la forma de representar las respuestas humanas. Ante la posibilidad de que Shakespeare se escondiese tras esos “Yo”, Bloom afirma categóricamente “él es demasiado astuto para nosotros y habría que ser el mismo diablo para toparse con Shakespeare allí”.

Sin embargo, sí se ha hallado en algunos de sus personajes retratos de contemporáneos. Greenblatt, tras narrar cómo Robert Greene arremetía contra Shakespeare en su obra póstuma Una pizca de ingenio, comprada por un millón de arrepentimientos, cuenta la generosa venganza de Shakespeare al “aprovechar algunos elementos de la vida desperdiciada de Robert Greene y utilizarlos para modelar el mayor personaje cómico de la literatura inglesa”. Se refiere a Falstaff de Enrique IV.

Igual que se perdieron sus referencias biográficas, su inmensa obra también podría haber caído en el olvido, pero siete años después de su muerte, dos viejos amigos del dramaturgo, John Heminges y Henry Condell, publicaron Primer Folio (First Folio), una antología que reunía 36 obras teatrales (muchas de ellas nunca publicadas), organizadas en comedias, historias y tragedias, pero sin dar ninguna pista de fechas.

Gracias a un libro de Francis Meres –Palladis Tamia: Tesoro del Ingenio–, publicado en 1598 en el que mencionaba a Shakespeare, se sabe que para esa fecha el dramaturgo ya había escrito las comedias Hidalgos de Verona, Errores, Trabajos de amor perdidos, Trabajos de amor encontrados –obra perdida–, El sueño de una noche de verano y El mercader de Venecia, y entre las tragedias, Ricardo II, Ricardo III, Enrique IV, El rey Juan, Tito Andrónico y Romeo y Julieta. Por lo tanto, cuando apenas llevaba una década dedicado a ello, ya había demostrado su pericia en la comedia, el drama histórico y la tragedia.

En 1592, la peste obligó a cerrar los teatros hasta 1594. Entre tanto, en abril de 1593, Shakespeare publicó el poema narrativo Venus y Adonis, el mayor éxito editorial que logró en su carrera. Estaba Inspirado en Las metamorfosis de Ovidio y dedicado, como La violación de Lucrecia, publicado un año después, al conde de Southampton.

La peste se llevó consigo muchos teatros. Shakespeare entró entonces en contacto con un grupo nuevo, los Lord Chamberlain’s Men, del que no se desligó en toda su carrera creativa y donde coincidió con John Heminges (el amigo que editaría Primer Folio).

Bryson considera, pues así titula uno de los capítulos de su libro, que entre 1596 y 1603 fueron los años de fama del dramaturgo. Al tiempo que veía como crecía su crédito profesional, perdía primero, en agosto de 1596, a su hijo Hamnet, de solo once años, y a su padre, en 1601. En 1597 se compró una casa grande y en ruinas en Stratford. Mientras iba aumentando su patrimonio en su ciudad natal, en Londres vivía de alquiler.

La mayor parte de sus ingresos provenían de la propiedad compartida de la compañía teatral. Por problemas con el arrendamiento, los Chamberlain’s Men trasladaron el Theatre al otro lado del Támesis y allí pasó a llamarse el Globe. La participación de Shakespeare fue variando a lo largo de los años. La primera mención sobre el Globe es de 1599. Conocido como un teatro construido por actores para los actores, estaba diseñado exclusivamente para fines teatrales y no obtenía beneficios de riñas de gallos, peleas y demás espectáculos populares. En 1613 el teatro ardió. Según Bryson, este periodo en lo que se refiere a Shakespeare “se caracterizó por un estallido de brillantez creativa sin parangón en la literatura inglesa. Una tras otra, obras de incomparable señorío fueron brotando de su pluma: Julio César, Hamlet, Noche de reyes, Medida por medida, Otelo, El rey Lear, Macbeth yAntonio y Cleopatra”. En esta época también dio a conocer el poema alegórico sin título que se ha conocido como El fénix y la tórtola.

En 1601 Shakespeare y sus compañeros de compañía se vieron implicados de manera colateral pero peligrosa en un intento de derrocar a la reina. Gelly Meyrick, uno de los agentes del conde de Essex quien, tras haber gozado del favor de la reina se enfrentó a ella, les encargó representar Ricardo II e incluir las escenas en las que el monarca era derrotado y asesinado. Esa muerte podía interpretarse como un acto de sedición y agitación intencionadas. Essex instigó un levantamiento popular y terminó ejecutado. Dos años después murió la reina Isabel y le sucedió en el trono Jacobo I. Muy generoso con el teatro, una de sus primeras medidas fue otorgar a Shakespeare y sus colegas una patente real convirtiéndoles en los King’s Men. Desde su coronación hasta la muerte de Shakespeare la compañía actuó para el monarca en 187 ocasiones. “Aunque se suele definir a Shakespeare como un dramaturgo isabelino, lo cierto es que parte de su obra esencial es jacobina, pues durante este periodo dio a luz a una serie de brillantes tragedias (Otelo, Lear, Macbeth, Antonio y Cleopatra, Coriolano) y una o dos obras menores entre ellas Timón de Atenas”, puntualiza Bryson.

La peste volvió a forzar el cierre de los teatros londinenses entre mayo de 1603 y abril de 1604. En 1608 los King’s Men obtuvieron el permiso para abrir el teatro de Blackfriars, que se convirtió en el modelo a partir del cual evolucionaron todos los demás.

En su última época Shakespeare empezó a trabajar en colaboración. Es probable que lo hiciera alrededor de 1608 con George Wilkins en Pericles y con John Fletcher en Los dos nobles caballeros, Enrique VIII (o Todo es verdad) y la obra perdida La Historia de Cardenio, todas ellas estrenadas alrededor de 1613.

Según el experto en Shakespeare Stanley Wells: el dramaturgo “se convirtió en un autor diferente al envejecer: sin perder brillantez, se volvió más profundo. […] Sus obras perdieron teatralidad y ganaron introversión. […] hoy en día resultan menos populares sus obras tardías –Cimbelino, El cuento de invierno, Coriolano– que las del periodo intermedio”.

Al parecer ya no escribió nada a partir de 1613, año en que se quemó el Globe. Volvió a establecer en Stratford, donde murió, por causas que se desconocen, el 23 de abril de 1616.

Según Bryson, cuando Shakespeare murió pocos podían imaginar que con el tiempo se convertiría en el máximo exponente de la dramaturgia inglesa. “tanto Francis Beaumont como John Fletcher o Ben Johnson eran autores más populares y reputados en su momento”. Ante quienes polemizan sobre la verdadera autoría de las obras de Shakespeare, Bryson concluye: “Sin duda, cualquiera que reflexiones sobre la obra de Shakespeare no podrá por menos de asombrarse de que una sola persona haya sido capaz de crear un corpus tan suntuoso, sesudo, variopinto, interesante y gozoso, pues he aquí, desde luego, la prerrogativa del genio. Solo hubo un hombre cuyas circunstancias y dones para ofrecer tan incomparable obra, y ese hombre fue William Shakespeare de Stratford… quienquiera que fuese en realidad”.

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