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Thoreau, una librera y la desobediencia civil

Del blog de Silvia Llopis Ortega, Diario de una librera.

06 de diciembre de 2013. Silvia Llopis Ortega

Qué: Desobedientes, Diario de una librera Autora: Silvia Llopis Ortega

Desobedientes, del Diario de una librera, por Silvia Llopis Ortega

Entra un cliente a comprar unos rotuladores para pizarra y se lleva de paso Algo va mal, de Tony Judt. Nos ponemos a charlar y me cuenta que él es uno de los malos de la película. Trabaja en el Banco de Santander (no aclara en qué nivel de responsabilidad). Como no le conozco mucho no me atrevo a preguntarle más detalles. Me explica que, según su punto de vista, este asunto de los mercados está desmadrado. Y que no es cierto que no existan alternativas. Se va y me quedo muy pensativa. Si los propios banqueros son conscientes de que la dictadura de los mercados no tiene sentido y está provocando una situación de injusticia generalizada, es que estamos en un tren que va a toda velocidad, sin frenos y sin conductor. En esta situación, ¿qué podemos hacer las personas normales? ¿Tirarnos del tren en marcha? ¿Empezar a preparar cócteles Molotov? Yo, como partidaria de la no violencia, creo en la desobediencia civil. Alianza Editorial acaba de publicar, muy oportunamente, el libro fundacional de este movimiento, Desobediencia civil y otros escritos, de Henry David Thoreau. En 1849 Thoreau se negó a pagar un impuesto del gobierno estadounidense de la época destinado a financiar la guerra de Texas contra México, una guerra que a él le parecía injusta. Cuando sus amigos consiguieron pagar la fianza y que saliera de la cárcel decidió escribir este libro y explicar sus razones: no se trataba tan sólo de evitar pagar, lo que habría sido un simple acto de egoísmo individualista, sino de rechazar una acción injusta del gobierno. Thoreau pensaba que, puesto que el poder emana del pueblo, el pueblo tiene derecho a rebelarse. Suya es una frase a mí me emociona: Bajo un gobierno que encarcela injustamente, el lugar que debe ocupar el justo es también la prisión. Según eso, todos deberíamos dejar de trabajar para protestar por que no haya trabajo para cinco millones de personas. O al menos, deberíamos dejar de pagar los impuestos. Thoreau es uno de los mayores desobedientes de la Historia. Los otros tres son Mahatma Gandhi, Nelson Mandela y Martin Luther King.

Publicado originalmente en blogdemorganalibros.blogspot.com

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