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La biblioteca de Philip Roth

Donación del escritor estadounidense a Newark, su ciudad natal.

31 de octubre de 2016. Estandarte.com

Qué: Philip Roth dona su biblioteca a Newark. Cuándo: tras su muerte. Dónde: Newark (Nueva Jersey, Estados Unidos).

El escritor estadounidense Philip Roth donará su archivo personal a la Biblioteca Pública de Newark, su ciudad natal, en el estado de Nueva Jersey. Roth —que reside desde hace décadas en Warren, un pueblo en el estado de Connecticut, a un par de horas de distancia del propio Newark— ha tomado esta decisión teniendo en cuenta que no tiene hijos, y que desea que los casi 4 000 volúmenes de su colección se mantengan “unidos”, por así decirlo. La decisión se anunció la semana pasada, antes de una conferencia pronunciada por la escritora Zadie Smith en la propia biblioteca de Newark, que organiza un ciclo de encuentros con escritores bajo el nombre de Roth.

La biblioteca personal de Philip Roth se trasladará tal cual a Newark, puesto que sus condiciones de exposición —en cuanto a arquitectura, iluminación, etcétera— y organización —por géneros: la ficción, en el salón y distintas habitaciones en la planta superior; la no ficción, en la parte trasera de la casa— ya imitan las habituales en una biblioteca pública. Los libros que ha utilizado como inspiración para sus obras los agrupa juntos, según el título para el que los manejara, y —aviso para los escritores pasados de ego— sus propios libros y sus traducciones las guarda en cajas en el ático, que nunca ha llegado a abrir.

Este criterio de Philip Roth para organizar su biblioteca personal será respetado por la Biblioteca Pública de Newark, que ha encargado al arquitecto Henry Myerberg el diseño de un espacio anexo al edificio —que data de 1901—, en el que se albergará el archivo de Philip Roth, repleto de libros subrayados y anotados. Resulta simbólico que los libros que Philip Roth ha acumulado durante toda su vida terminen en esta biblioteca, puesto que el escritor acudía a ella con enorme frecuencia durante su adolescencia, y se inspiró en ella para la escritura de Adiós, Columbus (1959), la novela corta que da título al primer volumen de narrativa que publicó, y con el que obtendría el National Book Award en 1960. En ella contaba la historia de Neil Klugman, que trabajaba en la Biblioteca Pública de Newark.

Aunque Philip Roth se marchó de Newark en su adolescencia, para nunca regresar de manera continuada, ha mantenido el vínculo con la ciudad que le vio nacer: utilizándola como inspiración en muchos de sus libros, y realizando diversas donaciones a la biblioteca pública de su ciudad, cuyo cierre contribuyó a detener a finales de los años sesenta, implicándose en diversas actividades y publicando un apasionado artículo en The New York Times. En ella celebró su octogésimo cumpleaños, y en ella vivirá —disculpen la cursilería— una vez muera, gracias a la donación de su biblioteca personal.

Philip Roth nació en Newark (Nueva Jersey, Estados Unidos) en 1933. La concesión del Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan supone, para muchos, la confirmación de que Philip Roth jamás recibirá el galardón, uno de los pocos que le faltan para acreditarle como el gran escritor estadounidense actual. Ya ha obtenido el PEN Club en dos ocasiones, el Pulitzer, el Man Booker International, el Príncipe de Asturias de las Letras… Su obra, perversa y descarnada, se centra en la narrativa y —en menor medida— el ensayo. Entre sus títulos más importantes podemos destacar las novelas El mal de Portnoy (1969), Pastoral americana (1997), La mancha humana (2000) o Elegía (2006), muchas de ellas adaptadas al cine.

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