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Entrevistamos a Gonzalo Torné

Ese nuevo autor del que todo el mundo hablará pronto.

01 de diciembre de 2010. Emilio Ruiz Mateo

Qué: Entrevista Autor: Gonzalo Torné

Pocas cosas tan gratificantes como descubrir a un nuevo autor del que pensemos: seguiré leyéndolo de aquí en adelante… Esto ocurre con Gonzalo Torné, del que no sabíamos nada hasta la reciente aparición de Hilos de sangre (Mondadori), y que parece estar destinado a convertirse en una de las promesas más sólidas de las letras españolas. Con su novela ha obtenido el XXVI Premio Jaén de Novela, un galardón que año a año se va transformando en un sello de confianza para el descubrimiento de grandes nuevas voces: Patricio Pron, Elvira Navarro, Roberto Brodksy… Hilos de sangre es una gran novela, en muchos aspectos: ambición, logros, extensión y planteamiento. Torné confía más en las obras que en los autores, y sabe que la novela es una de las maneras más grandiosas de explicar el tiempo que vivimos. Con la fuerza de un autor consagrado, a pesar de sus 34 años, el barcelonés ha irrumpido con fuerza en nuestras estanterías, y sospechamos que es para quedarse. Quisimos conocerle, y aquí tienes nuestra conversación. Te presentamos a Gonzalo Torné.

Emilio Ruiz Mateo: ¿Qué dedicación te ha exigido escribir esta novela? 464 páginas con esa prosa tan cuidada y ese nivel de profundidad que alcanzan algunas partes, no se escriben rápidamente…
Gonzalo Torné: El plan ha sido un año y medio, y unas seis horas de trabajo al día, descansando sábados y domingos. Después de publicar Lo inhóspito (2007) escribí otras cosas, pero luego tuve una especie de revelación literaria y cambié de plan.

ERM: ¿Reniegas de tu primera novela?
Gonzalo Torné: No, para nada, pero Lo inhóspito es una novela marcada por mi necesidad de seducir a un editor y demostrarme a mí mismo que podía ser escritor. Es un libro muy metaliterario y tramposo, pensando poco en el lector, una especie de bernhardsebaldismo. Mi idea con esta nueva novela era hacer algo más importante y que pudiese llegar más al lector. Escuché una cosa de Julian Barnes que me dejó hundido durante dos semanas: decía, y tiene toda la razón, que los escritores del siglo XX se contentan con ser buenos en una cosa: uno hacen bien los diálogos, otros las descripciones… Pero los grandes del XIX son buenos en todas direcciones: ¿por qué renunciar a algo? Puede ser por falta de tiempo o de talento, claro… Pero yo quería intentar ser bueno en todas direcciones.  En ese sentido, es una novela ambiciosa.

ERM: Hilos de sangre es una apuesta rotunda por el género de la novela, esa gran novela en la que caben relatos, incluso nouvelles, pensamiento
Gonzalo Torné: Los miembros del jurado, muy amablemente, dijeron que el libro era “una celebración total de la novela como especie”. La literatura está hecha no con autores, sino con novelas, y luego estamos los autores, que cada uno hacemos lo que podemos… Para mí la novela sigue siendo la mejor manera de analizar la relación del individuo con su época, y además lo hace de una manera indirecta, muy creativa. El que lee buenas novelas no encuentra un refugio contra el mundo, sino que tiene más información sobre el mundo.

ERM: ¿Cultivas otros géneros narrativos? No sé si te has atrevido con el relato, o el ensayo…
Gonzalo Torné: No. Escribo otras cosas “en mi casa”, pero me presento al mundo como novelista y es lo que espero seguir haciendo.

ERM: Por supuesto, tu novela aborda varios temas, pero siento que mucho de lo que se cuenta aquí es una defensa del compromiso ante la realidad frente al cinismo, ese cansancio que produce tomarse la vida de modo radicalmente cínico, sin acabar de creernos nunca nada del todo.
Gonzalo Torné: Claro, si vacías de contenido todo, vete a tu casa y no escribas novelas. El cinismo total es una pose defensiva, como esos adolescentes que quieren tener opinión de todo; una de las cosas más agradables de la madurez es eso, descubrir que no tienes que tener opinión siempre. Pero además hay otro ataque, que no sé si está explícito en la novela: no me gusta la literatura como refugio de almas cándidas y heridas: mis personajes son escritores, pero están luchando por el mundo, se toman la literatura en serio. Entiendo la literatura como una manera de intervenir en el mundo.

ERM: Otro tema central, tal vez el principal, de Hilos de sangre son los lazos familiares.
Gonzalo Torné: Sí, sobre todo es ese estar y no estar dentro: la familia es una estructura a la cual pertenecemos y no pertenecemos. Todo el mundo se cree el día de Navidad que es él el que no estaba a gusto pero, seguramente, los demás tampoco lo están… Lo que sucede es que, por otro lado, es muy difícil renunciar a los beneficios que la familia te da, por desestructurada que pueda estar: te da educación, nivel de autoexigencia… A eso nos cuesta más renunciar. Eso en el sentido más cercano, pero otro aspecto muy presente en la novela es ese ser un “producto final”, esa cosa chocante de que en cualquier momento de la Historia hay un portador de nuestro futuro, de nuestra semilla, que podría haber muerto en cualquier momento, que seguramente tuvo que hacer cosas horribles para sobrevivir. Esto desdibuja el aspecto moral: de alguna manera, para que tú nazcas, ha tenido que pasar toda la Historia, con todo su dolor… Esa deuda inasumible con los antepasados, de ahí los “hilos de sangre”.

ERM: Aquí es donde entra ese final de la segunda parte del libro, donde incluyes una extraña y, te lo confieso, bastante pesada explicación del origen del mundo. No sé si confías demasiado en la paciencia del lector...
Gonzalo Torné: (Torné se ríe) Sí, esa descripción un poco loca de nuestro origen en la Tierra, desde el Big Bang hasta hoy… Se puede saltar, hombre, es un fragmento desmontable. ¡Pero es increíble! Lo utiliza el abuelo de Clara para justificar sus males, de una manera un tanto retórica…

ERM: Otro tema que abordas con sabiduría en la novela es la complejidad de la actual relación hombre-mujer, con el necesario intercambio de roles que trajo el feminismo, pero que nos tiene un poco perdidos. Digamos que el amor es un gran tema de Hilos de sangre. El amor contemporáneo.
Gonzalo Torné: La situación de la mujer actual es muy rara, claro. Tiene que cumplir con sus exigencias atávicas, y con las nuevas, que además son impuestas por un discurso cultural. En la novela se van viendo distintos modelos de mujer. En un principio a mí me habría gustado titular el libro Mujeres en el tiempo, pero la novela tiene muchos otros temas, y como además se cruzan los discursos de género, que a veces olvidan muchos otros valores individuales, quizá no era muy acertado.

ERM: Creo que este título es mucho mejor…
Gonzalo Torné: Durante mucho tiempo se llamó Sentimientos encontrados, que es malo de narices… Pero en inglés es muy bonito, Mixed Feelings… Por un momento pensé en Clara y el abuelo, pero claro, está lo de Heidi…

ERM: ¿Cómo es tu acercamiento narrativo a la Historia? La Guerra Civil aparece en la novela, aunque sea de modo tangencial…
Gonzalo Torné: En mi novela la Guerra Civil dura cinco páginas. Quise hacer un contraste entre dos épocas: la nuestra, “frivolota”, que creo que está muy bien, en la que las consecuencias de nuestros actos son más o menos medibles. Pero hay otras épocas en las que la temperatura moral sube, como le ocurre a Gabriel (el abuelo de Clara) en el inicio de la Guerra Civil. En momento así, las pequeñas maldades que cometemos diariamente, tienen consecuencias mucho más brutales. No es que sea una novela en la que hay una parte sobre la Guerra Civil, es más bien que a un personaje, Gabriel, “le pasa” una guerra civil. Además, lo que he querido es contar algo de la Guerra Civil a través de un personaje que no sabe a dónde va todo aquello, que es algo que no veo normalmente en las novelas sobre la Guerra Civil: los personajes son demasiado conscientes del hecho, saben cómo va a acabar todo. Es ridículo.

ERM: Llama la atención cómo vas diseminando la información en la novela. Está claro que escribes para un lector inteligente. Por ponerte un ejemplo: el lector no se entera de que la protagonista y Amanda son mellizas hasta la página 130…
Gonzalo Torné: Creo que hay muchos más lectores inteligentes de lo que se cree… Lo que comentas es una estrategia deliberada, que luego marca todo el libro. No soporto lo que llamo las novelas de “salón recibidor”, esas en las que nos introducen a los personajes dándonos todos los datos, por ejemplo con diálogos absurdos de esos en los que un narrador le pregunta a su hermano: "¿Y cómo te va en el trabajo que tienes como electricista?", Como en el Ulises de Joyce, prefiero introducir a los personajes in media res.
Mi novela comienza en medio de una discusión matrimonial que está llena de supuestos, que no te los van explicando. Tú nunca tienes la información completa de la persona que tienes delante, ni de las relaciones entre las personas. La información, normalmente, nos llega de forma indirecta, y tú vas completando el puzzle.

ERM: ¿Cuál es tu ambición en la literatura? ¿Hasta dónde te imaginas llegar?
Gonzalo Torné: Me gustaría escribir un par de novelas mejores que esta, como mínimo. Hay temas que quiero tratar, pero todavía no tengo la técnica necesaria ni la experiencia. Me gustaría escribir más y mejor.

ERM: ¿Y no te da miedo entrar en “la fama literaria”, pasar al escaparate…?
Gonzalo Torné: Mi intención es, cuando acabe la promoción de la novela, volver a trabajar desde atrás. No tengo mucha intención de participar en la vida literaria, más que cuando saque un libro. No quiero estar en todos los saraos. Todas esas herramientas actuales me parecen bien: los festivales, los blogs, Twitter… Pero no hay que confundir una necesidad con una predisposición personal o un exceso o falta de voluntad. Yo ahora mismo no me veo con una proyección literaria extratextual, por decirlo de una manera precisa y un poco pedante.

ERM: ¿Qué lee Gonzalo Torné?
Gonzalo Torné: Normalmente, leo al mismo tiempo un ensayo, un clásico (griego o romano), un poeta y un libro de narrativa. Mi formación es de filosofía, y de joven leía mucho teatro… Es que es lo mejor, claro, de una tacada están Sófocles, Shakespeare, Ibsen, Chejoj y Corneille. Son imbatibles.
Para mi trabajo actual, los escritores más importantes son los que después del shock de la Segunda Guerra Mundial toman los logros de la vanguardia y los ponen detrás del texto. En vez de hacer gran exhibición de recursos técnicos (algo que está muy bien cuando eres Faulkner), los utilizan para “mancharse de mundo” y contar lo que está pasando. Situaría como padre de todo esto a Saul Bellow, y a partir de ahí a Roth, Updike, McEwan, Amis, Barnes, Ishiguro… No necesariamente son anglosajones, también pondría en ese grupo a Oé, Pamuk, Marías, Bolaño, Fresán... Los otros escritores, como Sebald o Bernhard, son grandísimos escritores, pero son callejones sin salida: no se puede hacer nada con Bernhard que no sea convertirte en un epígono. ¿Qué puedes hacer después de leer a Sebald? ¿Irte de viaje? O Vila-Matas… Autores que al dejar de lado el mundo, al poner el énfasis en algo “formal”, te cierran un poco el camino. Y que conste que Bernhard fue mi escritor favorito durante años, me sé sus libros de memoria…

ERM: ¿No lees autores españoles?
Gonzalo Torné: Sí, claro. Lo mejor que le ha pasado a la literatura española en estos años son los dos últimos libros de Luis Magrinyá y Marcos Giralt Torrente (Tiempo de vida). Magrinyá, como tiene esa actitud de que nada de lo que hace es importante, no destaca, pero Habitación doble posee una sabiduría narrativa y una inteligencia brutales. También están muy bien Francisco Casavella, Javier Calvo o Gabriela Wiener. Pero ya son escritores más incipientes, como yo, claro.

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