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Entrevista con Félix García Hernán

Autor de Cava dos fosas y Premio Estandarte al Autor revelación 2020.

25 de febrero de 2021. Estandarte.com

Qué: Entrevista con Félix García Hernán

Entrevista a Félix García HernánPremio Estandarte Autor revelación 2020, Félix García Hernán (Madrid, 1955) se muestra en una conversación telefónica encantado y sorprendido por este reconocimiento. Nos dice: «Estandarte tiene mucho prestigio y para alguien que está empezando como yo, recibirlo es una satisfacción muy grande».

Queremos saber cómo ha sido este comienzo, que nos hable de la novela que le ha colocado en el candelero Cava dos fosas (Alrevés, 2020)–, de sus antecedentes, de su forma de trabajar, de sus referentes… En fin, conocer un poco mejor a nuestro autor revelación.

Tu carrera profesional siempre ha estado ligada al sector hotelero. ¿Cuándo y por qué diste el paso a escribir?

Hay un momento en mi vida hace 5 años en el que tengo suficiente tiempo como para ponerme delante de un ordenador a escribir una historia que me rondaba por la cabeza, pero que bajo ningún concepto pensaba que pudiera llegar a ser una novela. Cuando levanto la cabeza me encuentro con que hay 100.000 palabras escritas. Pensando que no tenía ningún valor, se lo pasé a mi pareja, a Silvia, en unas vacaciones, y mi sorpresa fue que dejó de dormir su sagrada siesta de vacaciones para seguir leyendo la novela. Cuando acabó me hizo un comentario que un poco me cambió la vida: “Oye esto no lo has escrito tú, me estás tomando el pelo”.

Hablas de Tras el telón

Sí, mi primera novela. Es una historia acerca del secuestro de una prima donna en el Teatro Real de Madrid. La autopubliqué y tuvo buenas críticas. La segunda, Delfines de plata, es la historia de un atentado yihadista en un hotel de Madrid –sentía que estaba obligado a escribir algo de hoteles–. La novela gustó también mucho y se fijó en ella TVE que compró los derechos para rodar una película dirigida por Javier Elorrieta. La tercera novela fue también un trabajo coeditado, me puse de acuerdo con una pequeña editorial, Turpin editores. Se titula El límite oscuro, y cuenta la venganza de tres personas a las que la crisis les ha pegado fuerte.

Cava dos fosas - Félix García HernánY llega el momento de Cava dos fosas

Sí, a continuación escribo Cava dos fosas. Es una novela con la que disfruté muchísimo; primero, por la dificultad y el reto que suponía escribir con dos tiempos verbales, con dos líneas temporales diferentes; y también porque necesitaba escribir acerca de cómo empezó en la policía Javier Gallardo, el protagonista de todas las novelas.

  

La trama que ideé fue Javier Gallardo saliendo de la academia de Ávila como inspector de policía justo en la Transición Española y eso lo ligaba con algo que le pasa treinta años después, prácticamente en la actualidad. Son dos historias que se van buscando hasta que finalmente se encuentran.

Ese salto temporal ¿busca retratar los cambios en España?

Quería que el lector viera conmigo cómo ha evolucionado España en estos treinta años, cómo hemos avanzado en muchísimos temas: en derechos sociales, en la igualdad de la mujer, que ahora es mucho más real y no solo legal, aunque todavía queda mucho camino que recorrer.

Es una novela con un fuerte componente político.

Cuando alguien pierde el poder le cuesta aceptarlo y es un poco lo que pasó en la Transición con determinados estamentos acostumbrados a mandar. Vieron que de buenas a primeras habían perdido esa facultad. Hubo una serie de tensiones difíciles de torear. Pero quiero romper una lanza a favor de la Transición: en un parador de Gredos se juntó un grupo de personas, unos venían de la cárcel o el exilio, otros de mandar, y fueron capaces de sentarse en una mesa y ponerse de acuerdo y elaborar una Constitución que, mejor o peor, nos ha valido durante muchos años con todas las imperfecciones que pueda tener. El diálogo al que se llegó en esas condiciones es un auténtico ejemplo hoy día: no hubo víctimas, el partido comunista acató la bandera de un rey y las cortes franquistas estuvieron dispuestas a votar la disolución de lo que había sido el Movimiento. Y eso se hizo sin unas tensiones excesivas. Es un ejemplo a tener en cuenta para lo que está pasando hoy, que no hay forma de que se pongan de acuerdo los diferentes partidos.

También hay denuncias a la corrupción, a la homofobia.

La novela empieza con un crimen homófobo. Encaro la intransigencia en general.

No puedo evitar que la historia derive en temas políticos, pero el fondo es un canto a la amistad, el compañerismo, el espíritu de sacrificio, la unión.

De hecho, uno de los títulos que estuve barajando fue Treinta años después, pensando en la segunda parte de los tres mosqueteros. En el fondo estos tres personajes son tres mosqueteros que deciden tirar hacia delante y enfrentarse con un mal que han detectado y, como dice Javier Gallardo en la novela, “si con 25 años no estoy dispuesto a jugarme el pellejo por mis ideales, ¿cuándo lo voy a hacer, cuando tenga 60?”.

¿Cómo es tu relación como autor con estos personajes?

Mi unión con Javier Gallardo es total. Es un personaje al que admiro. A veces me dicen que si me he querido parecer a él…, ya me gustaría a mí ser como Javier Gallardo… en absoluto. Sí que es un personaje que refleja todo lo que a mí me hubiera gustado ser seguramente.

Fernando es clave en la trama [para no destripar la novela, lo dejamos aquí, quien se acerque a leerla lo comprenderá].

Carmen es tremenda, todos nos enamoramos de Carmen. Es una feminista que se adelantó a su tiempo 30 años.

¿Cómo ha sido tu trabajo de documentación para cuestiones tecnológicas y de procesos policiales?

Digamos que cuento para ello con un equipo de cabecera. Quizás mi mayor fortuna son los amigos que tengo alrededor. Hay tres personas para mí claves, una es un médico –el director de la clínica del Rosario–; otro es un exministro para los temas legales, y otro es un inspector jefe de la policía. Me apoyo muchísimo en ellos. Para los temas técnicos de ordenadores, está la gran fortuna de que es uno de mis hobbies. Y la gran suerte que tenemos los escritores hoy día es que la información está a solo un clic.

Entre los agradecimientos citas a dos escritores, Mercedes Castro y Enrique Llamas, ¿cuál ha sido su colaboración?

Mercedes y yo trabajamos juntos en la edición de la novela. Cuando terminas de escribir una novela, en realidad has terminado de escribir un borrador. Necesitas el punto de vista de alguien que no la sienta como suya, pero que te ayude a descubrir los errores. La labor de Mercedes, una gran escritora y seguramente una de las mejores editoras de España, es muy importante. De hecho, el título se lo debo a ella. Fue la que me lo sugirió.

A Enrique Llamas le tengo que agradecer que en su momento dio la visibilidad para que mi editor Gregori Dolz (Alrevés) la leyera y la quisiera comprar.

¿Quiénes son tus referentes en novela negra?

Sobre todo, Manuel Vázquez Montalbán. Yo escribo novela negra porque me enamoré de Manuel Vázquez Montalbán en su momento.

De los de ahora, te puedo nombrar a Enrique Llamas, que es una de las grandes realidades de la narrativa española, autor de Los Caín y ahora acaba de publicar Todos estábamos vivos.

También me gustó muchísimo 1793 de Niklas Natt och Dag, es un nuevo discurso y está muy bien escrita; las dos novelas y media de Stieg Larsson y Henning Mankell.  

¿Cuáles son los ingredientes imprescindibles de una buena novela negra?

Un principio impactante. Con la oferta tan enorme que hay, como no cojas al lector por las entrañas desde las primeras páginas, las posibilidades de que cierre el libro en la página 7 son muy grandes. Tiene que impactar en el primer capítulo y luego no puede bajar, lo tienes que ir manteniendo.

Hay que intentar ser original en el tema escogido y en el tema a desarrollar.

Por otro lado, quizás por mi profesión como director de hotel, siempre he pensado en mis clientes, intento adelantarme a sus pensamientos y a sus deseos; con mis lectores hago lo mismo:  pensar qué es lo que quiere el lector, aunque soy consciente de que a veces no le puedo dar lo que desea, pero, si te pones en la piel de quien te está leyendo, la mitad del camino lo tienes recorrido.

¿Cómo es tu proceso de creación?

Escribo sin escaleta, lo único que tengo claro es de qué va a ir la historia, ni siquiera tengo claro el final. Creo que si yo no sé qué va a pasar es muy difícil que el lector lo adivine. Voy dejando que las incógnitas se vayan acumulando y solucionando solas.

Los personajes de una novela tienen vida y son ellos muchas veces los que mandan. De hecho, me pasó en mis primeras novelas, se me desmadraron y eran ellos los que estaban imponiéndose. Con el tiempo aprendes a pactar con ellos y llegar a un acuerdo.

En vez de utilizar escaletas y anagramas, hay que tener mucho cuidado de que tenga coherencia todo lo que estás escribiendo, pero eso lo consigues con unas simples notas en un documento Word, no hace falta tener una pizarra e ir marcando diagramas. Yo, por lo menos, no lo necesito.

Sé más o menos de qué va a ir la historia y va avanzando y creciendo sola. Lo mejor es no encorsetar la novela, sino dejar que vaya creciendo.

Con estos mimbres, García Hernán ha urdido Cava dos fosas, la novela que desde Estandarte hemos aplaudido por su fuerza narrativa y su tensión cinematográfica, y con ellos ha cerrado también su siguiente libro, del que solo podemos dar tres pistas: el título, Pastores del mal; que repite con la editorial Alrevés y que está previsto que salga a la venta en primavera de 2021. Seguro que merecerá la pena abordarlo.

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