Entrevista a Boris Quercia

25 de febrero de 2021. Estandarte.com

Boris Quercia, escritor, director y guionista chileno, pasa estos días en Barcelona, adonde ha llegado con motivo del festival Barcelona Negra para presentar Hoy no quiero matar a nadie, una novela que conforma la primera entrega de la saga protagonizada por Santiago Quiñones, un atípico policía cuya historia se completa con dos novelas más que su editorial española, Alrevés, publicará durante el 2021 y 2022 (Perro muerto y La sangre no es agua). Estas tres novelas, publicadas en Francia con gran éxito por Asphalte Éditions, han hecho merecedor a Quercia del prestigioso Grand Prix de Littérature Policière el año 2016 en París por Perro muerto. Hablamos con él de su obra y toda su trayectoria.

Hablemos de Santiago Quiñones, es un policía duro, con buenas intenciones, pero con muchos defectos... Todo a la vez. Es un personaje-noir “completo” en este aspecto, ¿cómo lo presentarías?

Sí, es verdad, se reconoce de inmediato al clásico personaje de las novelas negras. Pero lo interesante en este caso, es que pone a ese personaje en las condiciones de una urbe latinoamericana. Esto le da un color propio y le pone “picante”, por decirlo de algún modo. Santiago Quiñones es un policía muy chileno, se siente cómodo en las calles de la ciudad. Es uno más entre los perros callejeros que pueblan el centro de la capital de Chile. Tal vez es un tipo demasiado sensible para un oficio que le queda un poco grande y lo supera, pero ya es un policía y no puede dejar de serlo.

Así le pasa con todo, no es alguien que domine su vida, es alguien que va cayendo por la vida y todo a lo que se aferra para detener esa caída, se rompe y no lo puede sostener. Tiene un sino trágico, sin duda.

La ciudad de Santiago de Chile es otra protagonista de la novela ¿Cómo de importante para ti es el lugar donde se desarrolla la historia?

Es muy importante, define muchas cosas. Me gusta recorrer el centro de Santiago y todos los lugares que pongo en la novela son lugares que existen. Un lector podría recorrer el centro de la ciudad y seguir los pasos de Santiago, entrar a los restaurantes que él frecuenta y pedir el mismo menú.

También los personajes que describo son habitantes reales de esos espacios, su sentido del humor, la música que se escucha, etc. Creo que estas cosas revisten de particularidad a la novela y la hacen diferente. Me gustaría que leerla fuera un verdadero viaje para el lector. Sobre todo, en estos tiempos de encierro.

Has trabajado en series y cine, comedias románticas, familiares, etc. ¿El género negro es una vía de escape para ti? ¿Hay algunas conexiones entre tus libros y obras audiovisuales?

Me gusta pasearme por los géneros, así mismo como voy cambiando de oficio. A veces escribo, otras veces dirijo o actúo. Creo que todo está muy interconectado y tiene vasos comunicantes. Tampoco creo que exista un género puro, lo interesante es cuando las obras logran ampliar los límites del género. Así como cuando escribo también soy un poco director en la manera en que compongo las escenas, también en el drama encuentro tintes de comedia. Me gusta el humor negro.

También sucede que muchas veces uno no elige el género cuando hace un trabajo audiovisual, porque son producciones muy caras y el poder de decisión no siempre lo tiene uno. Las novelas, en cambio, sí son más personales. Está uno solo frente a la página.

Hoy no quiero matar a nadie es el primer libro de una trilogía del detective Santiago Quiñones. ¿Piensas que vendrán más?

Es difícil decirlo. Quiñones es un personaje muy autodestructivo, tengo mis dudas si resistiría protagonizar otra novela. Aunque nunca se sabe. Las personas cambian, los personajes también pueden hacerlo.