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True Detective Antología...

07 de octubre de 2014. José Martínez Ros

Creo que apenas es necesario presentar True Detective: una de las ficciones televisivas de más resonancia de los últimos años y el último gran éxito de la HBO, la cadena por cable a la que debemos Los Soprano, The Wire, Larry David o A dos metros bajo tierra. Pero por si aún queda algún despistado: la HBO acordó con el escritor y guionista Nic Pizzolatto (The Killing) y el director Cary Joji Fukunaga (Jane Eyre) la creación de la primera temporada de ocho episodios de una serie de corte policíaco. Lo más original es que la serie, en caso de que tuviera éxito y se prolongara durante más temporadas, adoptaría el formato de antología como la reciente American Horror Story: cada temporada contaría una historia completa, tal vez enlazada de algún modo con las demás, pero independiente.

True Detective se convirtió en un éxito enorme. La razón principal para el autor de esta reseña, que es también un fan absoluto de su primera y fantástica temporada, es la forma en la que supera las limitaciones y los clichés del thriller policíaco. Más allá de una trama de asesinatos en serie no demasiado original, y del excelente trabajo de los dos protagonistas, los autores de True Detective, director y guionista, crean una atmósfera malsana e irresistiblemente atractiva cuyos referentes van desde el imaginario lovecraftiano a la mítica Twin Peaks. Una historia que, además, enriquece una particular estructura narrativa deudora de Sospechosos habituales de Bryan Singer, por la que buena parte se narra por medio de flashbacks y unas concisas, pero tremendamente, impactantes secuencias de acción en las que se percibe la influencia de David Fincher o Michael Mann.

La editorial Errata Naturae ha tenido el acierto de dedicarle este sugestivo libro: Pizzolato, el autor del guión, es también escritor y se percibe la serie esta perceptiblemente trufada de referencias literarias. Quizás resultaría un poco incompleto, ya que por ejemplo faltaría un apunte sobre la influencia de autores de cómic post-moderno como Grant Morrison o Alan Moore (de hecho la última escena de la serie, la conversación a la puerta del hospital, parafrasea y homenajea un numero de una obra de este último, Top Ten). En la primera aparte, además de un ensayo de los editores, encontramos una interesante libro entrevista Nic Pizzolatto, donde revela datos imprescindibles sobre la creación de True Detective.

La segunda parte ofrece una estupenda antología de textos literarios y filosóficos que permiten rastrear las fuentes de una serie cargada de reflexiones pesimistas y ecos de males primigenios. Así nos cruzamos con Ambrose Bierce y la ciudad maldita de Carcosa –un relato breve, pero magnifico, digno de Poe-, Nietzsche y el Eterno Retorno, el mundo de Schopenhauer, La llamada de Cthulhu de H.P. Lovecraft (probablemente uno de los mejores cuentos de terror de la historia de la literatura) o el Rey Amarillo de Robert W. Chambers. Y por último, tres textos más recientes: un relato de Roberto Bolaño, El policía de las ratas; otro, genial, de Dashiell Hammett, Ciudad de pesadilla, que parece una condensación en unas pocas páginas de su mejor novela, Cosecha roja; y por último un breve y brillante ensayo de Thomas Ligotti, el filósofo del nihilismo y el terror sobrenatural.

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