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Todos mis amigos son superhéroes

19 de octubre de 2015. José Ángel Sanz

Superhéroes y más superhéroes en una gran coctelera. Hasta que los superpoderes se vuelvan absurdos y la trama sea un delirio. Asentar, con un poco de paciencia, y servir con buenas dosis de parodia y humor inteligente. Et voilà! El libro más divertido de los últimos años sobre personajes con mallas y capa. De culto instantáneo desde su publicación, en 2003, Todos mis amigos son superhéroes es una adictiva lectura de las que uno no se cansa de recomendar a todo aficionado a los textos que combinan la fantasía con el humor.

El canadiense Andrew Kaufman —no confundir con el comediante estadounidense a pesar de que compartan nombre y apellidos— hila en la que fue su primera novela una sucesión insuperable de sucesiones hilarantes en torno a un protagonista normal rodeado de seres con habilidades especiales como las de su mujer, La Perfeccionista, sobre cuyos superpoderes hacen falta pocas explicaciones. Su esposa, eso sí, es solo uno de los 239 superhéroes que repartidos por toda Canadá.

La estrategia de Andrew Kaufman es la de llevar hasta el extremo las rarezas, los defectos y las virtudes de la gente normal hasta hacer de ellos gente como la Conejita Antiestrés o el Farsante. En otros casos, como en el del Anfibio, que puede vivir en tierra firme y bajo el agua, la cuestión es que nadie tiene muy claro para que sirve eso, ni mucho menos si alguien le va a dar un empleo por ello. También están los superhéroes que entran en permanente colisión, como el Empresario y el Sindicato o, más retorcido aún, la Perfeccionista y la Proyeccionista.

En el fondo, Todos mis amigos son superhéroes es una tierna historia de amor vista con unas lentes alucinantes; la Perfeccionista, debido a la hipnosis que le ha provocado su celoso exnovio, Hipno, no puede ver a Tom. El hechizo surte efecto desde el día de la boda y ella termina por pensar que su nuevo marido le ha abandonado. Tom es visible para todos menos para ella, pero eso no sirve para nada si sigue siendo invisible para la persona a quien más quiere. Problemas y superproblemas. La vida misma.

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