Pasión por leer. Pasión por escribir.

Portada > Crítica > La-abadesa-de-crewe-de-muriel-spark_114.html

La abadesa de Crewe

02 de enero de 2013. Sr. Molina

La abadesa de Crewe es una novela peculiar; peculiar por su estilo, entreverado de alusiones y referencias, pero también por la temática elegida, francamente peculiar. Está claro que si Muriel Spark quiso ridiculizar los contubernios de la sociedad la elección de un convento para la puesta en escena de este vodevil satírico es más que interesante. Como siempre, el inteligente y oscuro sentido del humor de la escritora inglesa toma las riendas de una historia que puede resultar simple, pero que encierra mucho más de lo que en principio pudiéramos pensar.

En la abadía de Crewe la abadesa tiene instalado un sistema de micrófonos para estar al tanto de lo que se cuece entre sus muros; la superiora, Alexandra, lo instaló tiempo atrás para conseguir ser nombrada líder de la congregación frente a otra hermana, Felicity, de cuyo comportamiento liberal abomina. La trama va arrojando luz sobre hechos del pasado al tiempo que muestra cómo las circunstancias se van complicando debido al odio que Alexandra profesa a Felicity. Con la intervención de algunas hermanas que la ayudan, conseguirá descubrir secretos que involucran a Felicity en un asunto un tanto turbio, y así podrá ejercer como líder sin oposición… aunque no sin trabas.

El libro es turbador en el aspecto psicológico, ya que presenta a una serie de personajes movidos por inclinaciones egoístas e interesadas; no sólo Alexandra es retratada como frívola y malvada, sino que otros muchos personajes secundarios (Mildred, Walburga o incluso la propia Felicity) muestran facetas bastante oscuras. Sólo una inocente, Winifred, parece erigirse en “voz de la conciencia” del relato; no es extraño, pues, que Spark la utilice como chivo expiatorio y termine la historia mal parada. Como casi siempre ocurre en las narraciones de la escritora británica, la candidez, la inocencia y la honradez nada pueden contra el egoismo, la hipocresía y el engaño. En este caso, además, la intención de la autora está clara, ya que los perfiles de los personajes, Alexandra en particular, son verdaderamente aberrantes. El hecho de ubicar la acción en un convento aumenta la sensación de repugnancia o desprecio que pueda sentir el lector frente a las acciones de los protagonistas.

Quizá el elemento menos interesante de la novela sea el estilo escogido por Spark para mostrar los hechos. Si bien hace gala de una sensibilidad para la psicología muy destacable, lo cierto es que la manera de engarzar unas escenas con otras (inconexa y fragmentaria) y los múltiples puntos de vista a la hora de narrar (excesivamente numerosos, y algunos peregrinos) hacen que el lector se suma en una cierta confusión. Pese a que la trama, en el fondo, es bien sencilla, la escritura opta por una complicación que no aporta nada al retrato de los personajes o al desarrollo de los acontecimientos, y que en verdad sólo consigue oscurecer un fondo brillante. Por desgracia, los excursos, los cambios de foco y los saltos en el tiempo provocan más desesperación que interés en el lector.

La abadesa de Crewe es un texto inteligente y satírico a más no poder, aunque ejecutado de forma un tanto desmadejada. Para todos los seguidores de Muriel Spark será un buen bocado literario que llevarse a la boca, incluso con deméritos como los señalados.

Comentarios en estandarte- 0